miércoles, 14 de noviembre de 2018

CENA BAILE 2018

Agradecer la asistencia a la cena a todos/as, al equipo femenino de fútbol El Tacuense por acompañarnos, a Marcos Garcia por la música. Gracias de corazón.






VISITA A LA GUANCHA 2018

Gracias al párroco y a la Cofradía de la Santa Pasión por el acogimiento a nuestra Cofradía y por la veneración a los Santos Varones.Gracias a Mercedes y a Sita por donar y preparar el desayuno. Y gracias a la colaboración de Excmo. Ayuntamiento de La Laguna.
 Fotos: Rigoberto Rodríguez.





ALFOMBRA CORPUS 2018

Un año más hemos participado en la realización de la alfombra de Corpus y participación en la procesión.
Con un diseño sencillo y basado en la utilización de materiales naturales.
Se agradece la participación de los/as cofrades Yanira, Oti, Olaya, Isabel, Alejandro, Cristina, Berto, Marcos, Sergio, Ancor, Sandra, Sita, Germán, Coro y Miguel.
Gracias.
Fotos: Rigoberto Rodríguez.




Los Santos Varones, José de Arimatea y Nicodemus, apenas muerto el Señor, se presentaron a Pilatos pidiéndole autorización para desclavar el Cuerpo Sacratísimo de Jesús y darle Sepultura. Son muy de admirar y de imitar estos dos Santos Varones en su desprecio del qué dirán y en su valentía para dar ante el mundo testimonio de su fe y de sus convicciones.
En aquella la hora de la Tinieblas, como había dicho Jesús; la hora del triunfo aparente de los malos y de la cobardía y acoquinamiento de todos los buenos. Los fariseos se creían triunfantes; los discípulos de Jesús, llenos de temor, andaban todos dispersos y escondidos. Dar, pues la cara por El, era sencillamente exponerse a todo.
Pero los Santos Varones la dan; y se presentan sin temos ante Pilatos; y desprecian a los fariseos y a las burlas; y se honran extraordinariamente dando una sepultura honrosísima en un sepulcro nuevo, labrado todo en la piedra, y con extraordinaria abundancia de perfumes para embalsamar el cadáver, cual si se trata de un Rey , al que acababa de ser ajusticiado en una cruz entre dos ladrones.
Cristo había triunfado muriendo, y por eso hasta su entierro y sepultura tenía que revestir formas de grandeza.
“Un varón de nombre José, hombre bueno y justo, originario de Arimatea, rogó a Pilatos, que le permitiese tomar el cuerpo de Jesús; y bajándole le envolvió en una sábana y le deposito en un monumento cavado en la roca” (Lucas 23, 50-52)